Basura cero.

San José de las Matas, Santiago.  Los habitantes de la junta distrital Las Placetas y de la comunidad rural Las Carreras, de San José de las Matas,  son un gran ejemplo de  cómo se debe manejar la basura, para evitar la contaminación y sacarle provecho a los desperdicios, convirtiendo los residuos sólidos en materia prima para artesanía y  elaborar abono con  los desperdicios orgánicos. Estas acciones de reciclaje hacen que al vertedero solo llegue el 15% de la basura producida por la comunidad.
Estas dos pequeñas comunidades enclavadas en la cordillera central del pais, son dos refugios ecológicos con diversidad de recursos apropiados para el turismo de naturaleza y constituyen un ejemplo de lo que debe ser un municipio turístico, ya que el entorno visual limpio y libre de contaminación debe ser el primer impacto positivo que debe llevarse cualquier turista cuando visita un destino, estas dos comunidades cumplen con este requisito, aunque por su lejanía, hasta ahora no llega por eso lares ningún turistas, salvo algunos locales que llegan al rio Bao, a bañarse en sus frías aguas o en el caño termal habilitado en una de sus márgenes.
Estas comunidades son un testimonio de cómo si se involucra a las comunidades estas encuentran soluciones a sus problemas, con la ayuda de la agencia alemana de cooperación en el 2009 se inició el proyecto basura cero, para evitar la contaminación del rio Bao a cuyas aguas llegaba toda la basura acumulada en un vertedero abierto. Evelyn Quiroz, directora de la Unidad Ambiental municipal nos habla con entusiasmo de esa integración:
 “Lo que antes era basura, ahora es materia prima para trabajar. Comenzamos a darle educación a la familia, visitando casa por casa  para integrarlas a la labores de “Basura cero”. Y en tres años trabajando en equipo, logramos que las personas en sus hogares reciclen la basura y también dividan los desechos entre orgánicos e inorgánicos”, expreso Quiroz.

Hoy Los 4,400 habitantes de esta comunidad,  distribuidos en 310 familias, trabajan para cuidar el medio ambiente, sobre todo porque es una zona rica en recursos hídricos, que antes tenía problemas de contaminación en los ríos. Con zonas apropiadas para ejercer el turismo de montaña y aventura, comunidades como estas deberían ser premiadas con gestiones para impulsar su desarrollo turístico, cuentan con un pequeño y confortable albergue, dispuestos para los que se aventuren a llegar a una región paradisiaca de las tantas que poseemos en nuestro país.

Esto contribuiría a que puedan vender los productos que se elaboran a partir de los cartones, vidrio, metales y fundas plásticas entre ellos carteras, cuadros, correas, collares, pulseras, florereros, aretes y llaveros. Los habitantes de esta región merecen que esos productos elaborados a partir de los desechos encuentren un mercado que les permita mejorar sus ingresos.


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